La pandemia por COVID-19 afectó a numerosos sectores. Uno de los más afectados fue el transporte aéreo, dado que se impusieron restricciones a los viajes y se cerraron fronteras en todo el mundo. Estas medidas afectaron tanto los viajes internos como los internacionales, pero los más alterados fueron los movimientos transfronterizos. En el lapso de unas pocas semanas al comienzo de 2020, docenas de países en todos los continentes implementaron diferentes medidas de control, que incluyeron chequeos en los arribos, cuarentenas para quienes viajaban desde regiones de alto riesgo, prohibiciones y cierres totales de fronteras.
Estas políticas afectaron los viajes internacionales de manera inédita. Según la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), en 2020 hubo una caída del 74% en la cantidad de pasajeros internacionales, de 1.900 millones en 2019 a 500 millones en 2020. Se espera una cifra similar para 2021. La OACI estima que, entre 2020 y 2021, el sector aéreo habrá perdido alrededor de 500.000 millones de dólares estadounidenses en ingresos operativos brutos. [1]
Los datos de vuelos de OpenSky Network, que contiene un registro de 848.012.960 vuelos (origen y destino) entre el 1 de enero de 2019 y el 30 de junio de 2021, muestran algunas tendencias desagregadas. Cabe mencionar que la base de datos es extensa, pero presenta algunas limitaciones importantes. Los datos son compilados con fuentes abiertas (de sensores) y no contienen información oficial de las autoridades aeronáuticas. Como consecuencia de ello, se registra una cantidad relativamente baja de vuelos de países de ingresos bajos; hay solo 6 países de bajos ingresos registrados como lugar de origen: Mozambique, Gambia, Guinea-Bissau, Guinea, Mali y la República Árabe Siria. De estos países, Gambia representa el 56% de todo el tráfico registrado en 2020-2021.
Debajo describimos algunas tendencias, utilizando como indicador de movilidad la variación en la cantidad de vuelos registrados en un período dado, comparado con el período base. El período base es el semestre correspondiente de 2019, por lo cual el primer semestre de 2020 y de 2021 se compara con los primeros seis meses de 2019 para evitar factores estacionales. Los datos muestran que todos los grupos de ingresos presentan una disminución de movilidad externa debido a la pandemia por COVID-19: todos los grupos sufrieron una reducción de vuelos entrantes y salientes. Sin embargo, cuantificar con precisión la variación de movilidad para cada grupo puede ser poco confiable, debido a posibles sesgos de selección en la base de datos, y particularmente para países de bajos ingresos.
Incluso más interesante, el gráfico a continuación muestra que la disminución en los vuelos entrantes y salientes de países de altos ingresos continuó durante el primer semestre de 2021 y, de hecho, fue mayor que la observada en 2020.


De manera similar, en términos de regiones, notamos que todas demostraron una disminución en los vuelos entrantes y salientes debido a la pandemia, con pocas excepciones. Por ejemplo, destaca el caso del tráfico entre los países de América del Norte (Estados Unidos y Canadá) y Latinoamérica que, a pesar de la COVID-19, registraron aumentos significativos de movilidad en el segundo semestre de 2020 y el primer semestre de 2021.

Finalmente, utilizando gráficos de Sankey, observamos que los cambios en los flujos de vuelos de los países por grupo de ingreso han sido debido a la pandemia, y descubrimos que no han sido relevantes. Cuando comparamos los semestres de 2019 con los de 2020, observamos que la proporción de tráfico entre países no varió significativamente. En otras palabras, la disminución de vuelos afectó casi de igual manera a todas las rutas aéreas, sin importar si eran rutas entre países de altos ingresos y países de ingresos bajos-medios, por nombrar un ejemplo.

Las consecuencias socioeconómicas por la interrupción de los viajes aéreos internacionales se han sentido en el sector del turismo: según la Organización Mundial del Turismo de la ONU, la disminución de los viajes aéreos internacionales podría tener como resultado una pérdida de entre 910.000 millones de dólares y 1,2 billones de dólares en exportaciones de turismo por gastos de los visitantes. Aproximadamente 100-120 millones de puestos de trabajo relacionados con el turismo están en peligro. Este número debe ponerse en contexto: en 2020, solo 14 países en el mundo contaban con un PIB mayor a 1,2 billones de dólares.
[1] https://www.icao.int/sustainability/Documents/COVID-19/ICAO_Coronavirus_Econ_Impact.pdf