Autores: Erika Martínez Fernández, Lina Tafur Marín, Laura Silva Aguilar, Susana Martinez-Restrepo
Durante estos tiempos de COVID-19, por cada 100 hombres de entre 25 y 34 años que viven en condición de pobreza extrema, es decir, que viven con 1,90 dólares por día o menos, hay 118 mujeres en esa misma condición. El acceso desigual a las oportunidades económicas y la violencia de género, entre otras problemáticas, se han exacerbado durante la COVID-19, que provocó un aumento del desempleo y la inactividad económica femeninas, y el cierre de escuelas y guarderías, afectando principalmente a las mujeres en edad reproductiva. Si las instituciones públicas y privadas no consideran adoptar medidas con perspectiva de género durante los próximos años, la gran proporción de mujeres en condiciones mundiales de pobreza —conocida también como «feminización de la pobreza» — podría aumentar.
COVID-19 y la pobreza femenina es el quinto informe de la serie de Género y COVID de CoreWoman y Cepei. El análisis que se lleva a cabo en este informe, explora el impacto de la COVID-19 sobre la feminización de la pobreza en el Sur Global, utilizando estimaciones de 2020 y proyecciones de pobreza extrema realizadas por ONU Mujeres, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Pardee Center for International Futures de la Universidad de Denver.
Uno de los mayores retos que se presentan al analizar la feminización de la pobreza es que los datos disponibles sobre pobreza por sexo no han sido actualizados en la mayoría de los países. Además, algunos institutos de estadísticas oficiales todavía no desagregan las tasas de pobreza por sexo, lo cual limita el tamaño de la muestra de países con datos disponibles en algunas regiones.
LOS ÍNDICES DE POBREZA AUMENTARON EN TODAS LAS REGIONES DEL SUR GLOBAL DURANTE LA COVID-19 Y HAN AFECTADO EN MAYOR MEDIDA A LAS MUJERES
Antes de la pandemia, las mujeres en el Sur Global corrían más riesgo de ser pobres debido a su probabilidad de tener empleos vulnerables. Por ejemplo, la informalidad, estrechamente relacionada con este fenómeno, es mayor en las mujeres, [1] es decir, que están más expuestas a la inseguridad laboral y la falta de acceso a redes de seguridad social contra crisis económicas. Por lo tanto, el aumento en las tasas de pobreza suele darse en hogares e individuos que recientemente habían logrado salir de la pobreza y no pudieron protegerse contra la crisis. [2]
La COVID-19 revela vulnerabilidades en todas partes, pero ha afectado principalmente a las mujeres en el Sur Global debido a las desigualdades preexistentes. [3] Las estimaciones sugieren que del total de 96 millones de personas previstas de caer en la pobreza extrema en 2021, [4] 47 millones son mujeres y niñas. A pesar de que el aumento en las tasas de pobreza también afecta a los hombres, el impacto se da ante todo en las mujeres, especialmente las que se encuentran en edad reproductiva (15-49).
Como muestra el Gráfico 1, la tasa global de pobreza extrema aumentó de 8,9 en 2019 a 9,5 en 2021. El aumento de la pobreza extrema se vio en todas las regiones del Sur Global, excepto en Oceanía, donde disminuyó, y en Asia Oriental y Sudoriental, donde se mantuvo estable. Las repercusiones económicas tuvieron como resultado el resurgimiento de la pobreza extrema, mientras más mujeres se encuentran desempleadas, salen del mercado de trabajo o mantienen empleos vulnerables. [5] Adicionalmente, más mujeres han experimentado escasez de tiempo durante la COVID-19, dado que aumentó para ellas el trabajo no remunerado, lo cual se ha convertido en un barrera para las mujeres que están dispuestas a acceder al mercado laboral y ser empleadas bajo condiciones dignas. [6]

Tal como muestra el Gráfico 1, antes de la COVID-19, África Subsahariana presentaba la mayor cantidad de mujeres en condición de pobreza extrema. Sin embargo, debido a la pandemia, la región experimentó un aumento de un punto porcentual que la convierte en el área con la mayor concentración global de personas en condición de pobreza extrema en el Sur Global. De acuerdo con el Gráfico 2, África Subsahariana tiene el 48,2% del total de nuevas mujeres en condición de pobreza extrema a 2021. A pesar de los avances de los últimos años en la erradicación de la pobreza extrema, Asia Central y del Sur experimentan un resurgimiento de mujeres que viven en la pobreza extrema, representando el 34,5% por debajo de la línea de pobreza. Por el contrario, en Asia Oriental y Sudoriental, que mantuvieron estables sus tasas de mujeres en condición de pobreza extrema de 2019 a 2021, hay un 1,5% de nuevas mujeres empobrecidas.

LA PÉRDIDA DE INGRESOS DURANTE LA PANDEMIA CONDUCE A MAYORES BRECHAS DE GÉNERO EN EL SUR GLOBAL
En las economías del Sur Global, los indicadores de mercado de trabajo históricamente han denotado la lucha de las mujeres por formar parte y beneficiarse de la actividad económica como lo hacen los hombres. Por ejemplo, en el Sur Global, donde el desempleo y la inactividad laboral de las mujeres ya eran altos antes de la COVID-19, una gran parte de las mujeres tenían empleos vulnerables o trabajos en el sector informal. Adicionalmente, las mujeres y las niñas ya dedicaban 12,5 mil millones de horas de trabajo de cuidado diario no remunerado [7] en detrimento de su tiempo disponible para actividades productivas o de esparcimiento.

Cuando apareció la COVID-19, no tuvo piedad con las mujeres y terminó por causarles, a nivel mundial, una pérdida de $800 mil millones en ingresos, el equivalente a los PIB combinados de 98 países. [9] Esta estimación excluye las pérdidas de ingresos de las mujeres en la economía informal, lo cual podría sugerir una cifra más alta de efectos económicos adversos de la COVID-19 en las mujeres.
La pérdida de ingresos sufrida por las mujeres a nivel mundial posiblemente sea más alta en los países del Sur Global, en los cuales la informalidad está generalizada. Sin embargo, debido a la COVID-19, presenta efectos diferenciales entre y al interior de las regiones. Por ejemplo, se prevé que la brecha de género con relación a la pobreza aumente en Latinoamérica, pero las proyecciones no sugieren un aumento dramático en África Subsahariana. Por lo tanto, las mujeres han sido afectadas de manera diferente por la crisis de la COVID-19, especialmente en Latinoamérica. De manera similar, las diferencias en las brechas de género respecto a la pobreza al interior de las regiones geográficas del Sur Global son notables. En Colombia, por ejemplo, se prevé que 119 mujeres vivirán en condiciones de pobreza extrema por cada 100 hombres durante 2021, mientras que en Perú, serán 101 mujeres las que vivan en condiciones de pobreza extrema por cada 100 hombres en 2021.
RECOMENDACIONES PARA LA ADOPCIÓN DE MEDIDAS POLÍTICAS
La reducción de la pobreza femenina podría tomar un siglo y ser más costosa si los Gobiernos y las instituciones pasan por alto el problema
Este informe ilustra el hecho de que la COVID-19 ha incrementado la feminización de la pobreza. Se observa un aumento marcado en el cuidado no remunerado, la informalidad y el empleo vulnerable de las mujeres, así como también el desempleo y la inactividad laboral. El Gráfico 4 muestra que, considerando el impacto de la pandemia en los mercados laborales de las mujeres y su sobrerrepresentación en los trabajos no remunerados antes y durante la COVID-19, el Sur Global tardará un promedio de 40 años en cerrar la brecha de género de la pobreza entre la población de 25-34 años.

Las estimaciones y proyecciones de la ONU sugieren que se necesitaría un 0,14 del PIB global (USD 2 billones) para sacar al mundo de la pobreza antes del 2030; y USD 48 mil millones para cerrar la brecha de género en pobreza, lo cual beneficiaría a más de 100 millones de mujeres. [10] Sin embargo, si los Gobiernos subestiman o posponen el problema, el costo podría ser incluso mayor.
Algunas iniciativas para reducir la feminización de la pobreza toman distancia del enfoque «de costumbre» y se centran en medidas a largo plazo con perspectiva de género, pero son pocas. A pesar de que casi ningún país destaca particularmente por el diseño y la implementación de medidas para abordar el reto de la feminización de la pobreza, Etiopía ha aprovechado los programas de transferencias monetarias condicionadas con un giro innovador. Durante la COVID-19, los receptores del Proyecto de Redes de Seguridad de la Producción Rural en Etiopía, una red de seguridad rural que está principalmente dirigida a hogares encabezados por mujeres, adelantó tres meses los pagos a beneficiarias para evitar los efectos adversos de la crisis económica. [11] En Costa Rica, los planes de asistencia social incluyeron el apoyo en el cuidado de niños. Mientras la mayoría de los países cerraron sus centros de cuidado infantil, las guarderías en Costa Rica se mantuvieron abiertas para aquellas trabajadoras que necesitaban seguir trabajando durante las medidas de confinamiento y cuarentena parcial. [12] Mientras tanto, en Argentina, se extendió la cobertura de la licencia paga por maternidad para alcanzar a grupos que no estaban antes cubiertos, por ejemplo, las mujeres que trabajan en el sector informal, como las trabajadoras domésticas. [13]
En el corto plazo, asignar prestaciones sociales a las mujeres para aliviar el impacto de la crisis económica y aprovechar los programas existentes
Las transferencias monetarias durante la COVID-19 son necesarias para el alivio social y económico. Particularmente para las mujeres, la evidencia muestra que las ayuda a navegar las crisis económicas y aumenta su poder de decisión, lo cual aporta a su empoderamiento. [14] Sin embargo, las transferencias sociales requieren de la recolección de datos de individuos y hogares mientras se responde de manera adecuada a las crisis económicas. [15] La India es un excelente ejemplo de transferencias a las mujeres durante la pandemia. Los esfuerzos del país por aumentar la inclusión financiera de las mujeres antes y después de la COVID-19 permitieron canalizar las transferencias de emergencia a 200 millones de mujeres. Los antecedentes de respuesta política a la problemática de las mujeres en condición de pobreza, o las que entran y salen de la pobreza, deben utilizarse como datos de base para dirigir mejor la asistencia. El desarrollo de una infraestructura digital que asegure las transferencias también es fundamental. Como se pudo observar durante la pandemia, muchos Gobiernos se han aliado con distintas instituciones financieras para digitalizar los pagos de los Gobiernos a las personas y medir su impacto. [16]
En el largo plazo, impulsar todas las iniciativas que sean esenciales para evitar que más mujeres caigan en la pobreza a nivel mundial
Hay varias medidas que los Gobiernos pueden aplicar a largo plazo para hacer frente a las causas estructurales de la feminización de la pobreza. Algunas incluyen el establecimiento de reformas tributarias que beneficien a las mujeres, la creación de programas de cuidado infantil y las políticas de licencias por maternidad y paternidad por igual para disminuir el uso del tiempo de las mujeres en el trabajo de cuidado.
El acceso desigual de las mujeres a la educación es determinante en la feminización de la pobreza. Por lo tanto, los Gobiernos deben garantizar que las niñas y adolescentes no abandonen el sistema educativo y brindar apoyo financiero a sus familias para asegurarse de que las niñas vuelvan a la escuela en vez de quedarse en sus hogares para realizar trabajo de cuidado no remunerado o convertirse en trabajadoras familiares no remuneradas. [17] Por ejemplo, el programa Keeping Girls in School de Zambia provee transferencias monetarias a las familias de niñas adolescentes para que puedan mantener a sus hijas en la escuela. [18]
[1] Martínez Fernández, Erika, Lina Tafur Marín, Pablo Cortés, and Susana Martínez-Restrepo. “The Many Faces of Labor Markets’ Vulnerability for Women in the Global South amid COVID-19.” COVID-19 Data & Innovation Centre. Cepei, July 29, 2021. http://knowledge4recovery.org/news/labor-markets-vulnerability-women-global-south/.
[2] Azcona, Ginette, Antra Bhatt, Jessamyn Encarnacion, Juncal Plazaola-Castaño, Papa Seck, Sike Staab, and Laura Turquet. From Insight to Action Gender Equality in the Wake of COVID-19. Un Women, 2020. https://www.unwomen.org/-/media/headquarters/attachments/sections/library/publications/2020/gender-equality-in-the-wake-of-covid-19-en.pdf?la=en&vs=5142.
[3] Poverty rate is understood as the ratio of the number of people whose income falls below the poverty line. Poverty line and extreme poverty are used interchangeably across this brief.
[4] Azcona, Ginette, Antra Bhatt, Jessamyn Encarnacion, Juncal Plazaola-Castaño, Papa Seck, Sike Staab, and Laura Turquet. From Insight to Action Gender Equality in the Wake of COVID-19. Un Women, 2020. https://www.unwomen.org/-/media/headquarters/attachments/sections/library/publications/2020/gender-equality-in-the-wake-of-covid-19-en.pdf?la=en&vs=5142.
[5] Martínez Fernández, Erika, Lina Tafur Marín, Pablo Cortés, and Susana Martínez-Restrepo. “Latin America’s Female Staircase Fall During Covid-19.” COVID-19 Data Innovation Centre. CEPEI, July 9, 2021. http://knowledge4recovery.org/news/latin-americas-female-staircase-fall-during-covid-19/.
[6] Martínez Fernández, Erika, Lina Tafur Marín, Laura Silva, and Susana Martínez-Restrepo. “Time use and the care economy in times of COVID-19.” COVID-19 Data Innovation Centre. CEPEI, Forthcoming.
[7] Coffey, Clare, Patricia Espinoza Revollo , Rowan Harvey , Max Lawson, Anam Parvez Butt, Kim Piaget, Diana Sarosi, and Julie Thekkudan. Rep. Time To Care: Unpaid and Underpaid Care Work and the Global Inequality Crisis. Oxfam, 2020.
[8] This measure is equivalent to the ratio between the poverty rate of women over the poverty rate of men. Technical UN. Note of Estimates and Forecasts of Extreme Poverty by sex and age, 2020. https://www.unwomen.org/-/media/headquarters/attachments/sections/library/publications/2020/gender-equality-in-the-wake-of-covid-19-technical-note-en.pdf?la=en&vs=2156
[9] International Labour Organization. COVID-19 and the world of work. International Labour Organization, January 2021. https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@dgreports/@dcomm/documents/briefingnote/wcms_767028.pdf.
[10] Azcona, Ginette, Antra Bhatt, Jessamyn Encarnacion, Juncal Plazaola-Castaño, Papa Seck, Sike Staab, and Laura Turquet. Rep. From Insight to Action Gender Equality in the Wake of COVID-19. Un Women, 2020. https://www.unwomen.org/-/media/headquarters/attachments/sections/library/publications/2020/gender-equality-in-the-wake-of-covid-19-en.pdf?la=en&vs=5142.
[11] World Economic Forum. (2020). Are countries doing enough to support women through the pandemic? https://www.weforum.org/agenda/2020/10/covid19-employment-gender-gap-policy/
[12] Presidencia de Costa Rica. (2020, 3 abril). Red Nacional de Cuidado y Desarrollo Infantil mantiene operaciones [Comunicado de prensa]. https://www.presidencia.go.cr/comunicados/2020/04/red-nacional-de-cuido-y-desarrollo-infantil-mantiene-operaciones/
[13] Coronavirus en la Argentina: quiénes y cuándo cobrarán el bono extraordinario de Anses. (2020, 18 marzo). LA NACION. https://www.lanacion.com.ar/economia/quienes-cuando-cobraran-bono-extraordinario-anunciado-anses-nid2344443/
[14] Zimmerman, Jamie, Maria May, Elizabeth Kellison, and Jeni Klugman. Digital Cash Transfers in Times of COVID-19 : Opportunities and Considerations for Women’s Inclusion and Empowerment. Washington, D.C.: World Bank Group, 2020. https://documents.worldbank.org/en/publication/documents-reports/documentdetail/378931596643390083/digital-cash-transfers-in-times-of-covid-19-opportunities-and-considerations-for-womens-inclusio
[15] The World Bank. Scaling Up Social Assistance Payments as Part of the COVID-19 Pandemic Response. World Bank Group, 2020. https://thedocs.worldbank.org/en/doc/655201595885830480-0090022020/original/WBG2PxScalingupSocialAssistancePaymentsasPartoftheCovid19PandemicResponse.pdf.
[16] Zimmerman, Jamie, Maria May, Elizabeth Kellison, and Jeni Klugman. Digital Cash Transfers in Times of COVID-19 : Opportunities and Considerations for Women’s Inclusion and Empowerment. Washington, D.C.: World Bank Group, 2020. https://documents.worldbank.org/en/publication/documents-reports/documentdetail/378931596643390083/digital-cash-transfers-in-times-of-covid-19-opportunities-and-considerations-for-womens-inclusion-and-empowerment
[17] Bentaouet Kattan, Raja, Claudio E. Montenegro, and Harry A. Patrinos. “Realizing the Returns to Schooling: HOW COVID-19 and School Closures Are Threatening Women’s Economic Future.” World Bank Blogs. The World Bank Group, February 2021. https://blogs.worldbank.org/education/realizing-returns-schooling-how-covid-19-and-school-closures-are-threatening-womens.
[18] Botea, Ioana, and Sophia Friedson-Ridenour. “Lessons from Zambia: How to Bring Adolescent Girls Back to School Post-COVID-19.” World Bank Blogs. The World Bank Group, July 2020. https://blogs.worldbank.org/nasikiliza/lessons-zambia-how-bring-adolescent-girls-back-school-post-covid-19.