Protección para las mujeres: políticas y datos

diciembre 15, 2020

Jamiil Touré Ali
Cepei

j.toure@cepei.org

15 de diciembre de 2020


Las mujeres son el pilar de muchas dimensiones en nuestras sociedades, comunidades, asociaciones, organizaciones y familias. Protegerlas de todo tipo de violencia debe ser una prioridad en cualquier país, exista o no un desequilibrio de género. De acuerdo con la declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, la “Violencia contra la mujer significa cualquier acto de violencia de género que resulte o pueda resultar en daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, incluidas las amenazas de actos, coacción o privación arbitraria de la libertad, ya sea en la vida pública o privada ”(ONU, artículo 1, 1993). Se entenderá que la violencia contra la mujer comprende, pero no se limita a lo siguiente: física, sexual y psicológica ocurrida en la familia, dentro de la comunidad en general, y perpetrada o tolerada por el Estado, dondequiera que ocurra (ONU, artículo 2, 1993).

Este es también uno de los desafíos enmarcados en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5: Igualdad de género, especialmente en su meta 5.2 que insta a “Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y niñas en las esferas pública y privada, incluida la trata y la explotación sexual y de otro tipo”. Lograr ese objetivo, iniciado por el día internacional de la violencia contra la mujer, seguido de 16 días de activismo contra la violencia de género, es más que simplemente aprobar leyes para proteger a las mujeres, organizar eventos de sensibilización o resolver casos de abuso sexual. También implica recopilar y rastrear datos sobre el progreso de la violencia contra la mujer.

En los últimos sesenta años se ha generado conciencia sobre la violencia contra las mujeres y ha cambiado la forma en que son percibidas hoy. Sin embargo, persisten muchos desafíos. En el pasado, el silencio de las víctimas constituye un obstáculo que impide avanzar en este aspecto. Anteriormente, no existían medios reales para evaluar la gravedad del abuso cometido. El desconocimiento de la población con respecto a las leyes existentes y su falta de cumplimiento hacia las mismas fue también otro problema en ese momento, al no contar con registros.

Hoy en día, los datos sobre la violencia contra las mujeres y las niñas están disponibles en 106 países y  ONU Mujeres reconoce que se deben abordar los siguientes hechos y cifras clave:

  • A nivel mundial, el 35% de las mujeres ha experimentado alguna vez violencia física y/o sexual de la pareja íntima, o violencia sexual por parte de una persona que no es su pareja (OMS, Departamento de Investigación y Salud Reproductiva, Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, Consejo de Investigación Médica de Sudáfrica, 2013).
  • 137 mujeres son asesinadas por un miembro de su familia todos los días (UNODC, 2019).
  • Menos del 40% de las mujeres que sufren violencia buscan ayuda de cualquier tipo (ONU – DESA, 2015).
  • Al menos 155 países han aprobado leyes sobre violencia doméstica y 140 tienen leyes sobre acoso sexual en el lugar de trabajo (Grupo del Banco Mundial, 2020).
  • Las mujeres adultas representan casi la mitad (49%) de todas las víctimas de trata de personas detectadas a nivel mundial (UNODC, 2018).
  • En 2019, una de cada cinco mujeres, de entre 20 y 24 años, se casó antes de los 18 años (DENU – DESA, 2020).
  • Al menos 200 millones de mujeres y niñas, de entre 15 y 49 años, han sufrido la mutilación genital femenina en 31 países donde se concentra la práctica (DENU – DESA, 2020).
  • 15 millones de niñas adolescentes en todo el mundo, de entre 15 y 19 años, han experimentado relaciones sexuales forzadas (UNICEF, 2017).
  • La violencia de género en la escuela es un obstáculo importante para lograr la escolarización universal y el derecho a la educación de las niñas (UNESCO, 2019).
  • Una de cada 10 mujeres de la Unión Europea informa haber sufrido acoso cibernético desde los 15 años (FRA, 2014).
  • En Oriente Medio y África del Norte, entre el 40 y el 60% de las mujeres han sufrido acoso sexual en la calle (Promundo y ONU, 2017).
  • En cinco regiones (18 países en África, 15 en Europa, 10 en Asia y el Pacífico, 8 en el continente americano y 4 Países Árabes), el 82% de las mujeres en cargos políticos informaron haber experimentado alguna forma de violencia psicológica mientras cumplían sus mandatos (Unión Interparlamentaria, 2016).

Tomado de ONU Mujeres, 2020

Los hechos clave anteriores resaltan la importancia y el valor agregado que aportan los datos a los esfuerzos de concientización sobre la violencia contra las mujeres. Los datos nos permiten darnos cuenta, por ejemplo, de que la violencia doméstica sigue siendo uno de los mayores desafíos para lograr eliminar la violencia contra la mujer. También permiten obtener otros análisis tales como la concentración de ciertos tipos de violencia contra la mujer en determinados países. Por ejemplo, la mutilación genital prevalece en los países africanos y en el Medio Oriente, mientras que la violencia digital contra las mujeres es más preocupante en los países de la Unión Europea. La disponibilidad de datos nos permite contar la historia de la violencia contra las mujeres y generar los conocimientos necesarios para resolver este problema.

Según lo informado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, faltan datos sobre la violencia contra la mujer en la mayoría de los Estados Árabes (90%) y también en muchos países de América Latina y el Caribe (70%) (PNUD, 2017). Además, la situación de la brecha de datos se ve actualmente amenazada por la pandemia del COVID-19, lo que debilita especialmente la posición de las mujeres en sus hogares porque las mujeres víctimas ahora están confinadas con sus abusadores. Para reforzar la disponibilidad de datos sobre la violencia contra las mujeres incluso durante la pandemia, ONU Mujeres propuso un árbol de decisiones para continuar con seguridad esta batalla. El árbol de decisiones implica un diagrama de flujo (con una serie de preguntas) que prioriza la seguridad del entrevistado sobre la recopilación de datos. Esto ha permitido generar algunos hechos clave de la situación del COVID-19 desde ONU Mujeres, 2020:

  • Las llamadas a las líneas de ayuda se han quintuplicado en algunos países, dado que las tasas de violencia doméstica denunciadas aumentaron debido a la pandemia del COVID-19 (ONU Mujeres, 2020).
  • Para septiembre de 2020, 48 países habían integrado la prevención y la respuesta en sus planes de respuesta al COVID-19 para abordar la violencia contra las mujeres y las niñas (ONU Mujeres y PNUD, 2020).

Estos hechos son tanto alarmantes como reconfortantes. Por ejemplo, el primer hecho indica un resurgimiento de la violencia doméstica y, al mismo tiempo, una gran victoria en el número de casos denunciados por las víctimas, que se quintuplica en comparación con los días anteriores, cuando las víctimas soportaban los abusos en silencio. A nivel nacional, las percepciones demuestran una violación de las leyes y los mecanismos que ya existen para proteger a las mujeres. La generación de datos es omnipresente en el siglo XXI y debemos aprovecharla para recopilar datos y obtener información para tomar las decisiones adecuadas y presionar a los países que aún no han promulgado leyes que protejan a las mujeres.

Necesitamos alinear los mecanismos de reivindicación con la recopilación de datos teniendo en cuenta la pandemia del coronavirus. Necesitamos estar al tanto de la recopilación de datos, hacer un seguimiento de la evolución de las situaciones en todo el mundo y, en algunos casos, obligar a los estados a promulgar leyes para proteger a las mujeres según se enmarca en la declaración sobre la eliminación de la violencia contra las mujeres. Un ejemplo de esto es la base de datos mundial sobre violencia contra la mujer. La base de datos proporciona una hoja de ruta sobre el tipo de violencia contra la mujer y las medidas adoptadas por el país. Este panorama da una base para eliminar la violencia contra las mujeres y, sobre todo, resaltar las debilidades en términos de leyes, mecanismos institucionales, investigación y datos estadísticos, políticas, presupuestos, servicios, prevención, programas para perpetradores, iniciativas regionales, monitoreo y evaluación.

Para concluir, reconocemos que cuidar de las mujeres no se trata solamente de hechos y estadísticas, sino además de defender los derechos inalienables de las mujeres con argumentos sólidos y conocimientos que no pueden ser revocados. Como resultado, el pleno respeto de la declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer es alcanzable si trabajamos con datos que evidencien a los diferentes jefes de Estado el alarmante peligro que representa la violencia contra las mujeres para nuestras diferentes sociedades, comunidades, familias, y el desarrollo de los países en su conjunto. Los países que ya reconocen y hacen cumplir la resolución en la declaración, junto con los 16 días de activismo contra la violencia de género deberían servir como un punto de partida para promover las diferentes leyes, mecanismos e iniciativas regionales para ayudar a las víctimas a expresar sus luchas, y ante todo, estar protegidas de sus perpetradores. Los resultados serán un mundo libre de violencia contra las mujeres en el que lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas no sea un logro difícil de alcanzar.


Referencias

[1] The World’s Women 2020: Trends and Statistics | United Nations, 2020

[2] WHO – Violence against women, 2017

[3] OHCHR  – Violence against women, 2020

[4] Global Database on Violence Against Women, 2016

[5] fast-facts-statistics-on-violence-against-wom en-and-girls, 2010

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