
Research Director
j.surasky@cepei.org
Resumir al ODS 16 como “paz, justicia e instituciones sólidas” es perder lo esencial de su contenido. Este objetivo debería entenderse como uno que integra la Agenda 2030 a través de instituciones y procesos que impulsan, aseguran el disfrute y crean las condiciones de control democrático de estas por la ciudadanía. De hecho, a mi entender, el ODS 16, junto con el 17 sobre alianzas, son objetivos que si no avanzan estancan a todos los demás. A continuación explicaré los motivos de dicho planteamiento.
La formulación completa de este ODS en la Agenda 2030, es “promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y construir a todos los niveles instituciones eficaces e inclusivas que rindan cuentas”. Esta ofrece luces y puntos clave que son necesarios para comprender a profundidad el objetivo. Por ejemplo, la palabra paz es tan importante como la inclusión, pues ambas están atadas a la acción orientada al desarrollo sostenible. En este caso la paz no solo es la ausencia de violencia, sino la liberación del miedo de ser atacado, de ser excluido, de perder el empleo, de caer en la pobreza.
La justicia, por su parte, significa acceso a la justicia para todas las personas como una forma de asegurar el efectivo disfrute de derechos, pero también el acceso sin exclusiones a un respaldo institucional para hacerlos valer en caso de que sean violados. Por último, las instituciones sólidas son aquellas que resulten “eficaces e inclusivas” y rindan cuentas por sus acciones, las que el objetivo llama a establecer en todos los niveles (y sectores, cabría inferir). El compromiso es establecer instituciones que trabajan sostenidas en la eficacia como guía de su gestión, la participación como forma de organización y la rendición de cuentas como forma de control de las sociedades.
Visto de manera integral, el ODS 16 se refiere a condiciones básicas que habilitan lograr los demás objetivos, pues cualquiera de ellos requiere de condiciones de paz social y diálogo, de sus instituciones y de elementos clave para alcanzar la Agenda 2030. Por este motivo, el ODS 16 hace valer el principio de interdependencia en términos de gestión institucional y gobernanza, reasegura el principio de “no dejar a nadie atrás” mientras que promueve el acceso a derechos y a una democracia activa y participativa.
El alcance de aplicación del ODS 16 se ve claramente en sus 12 metas (10 de resultado y dos de proceso) y 24 indicadores que recorren temas de violencia interpersonal, social, de género y contra la niñez; trata de personas; acceso a la justicia; corrupción, flujos financieros ilícitos; transparencia, rendición de cuentas; discriminación; inclusividad en la toma de decisiones públicas; participación en organizaciones internacionales; protección de periodistas y líderes sociales y acceso a la información.
Para acelerar la implementación de la Agenda 2030 necesitamos reforzar el progreso hacia el ODS 16. Por ello Cepei desarrolló el índice de calidad de la gobernanza para la implementación nacional de la Agenda 2030, herramienta virtual de acceso libre y adaptable a las necesidades de cada usuario.
Este índice se centra en las funciones y responsabilidades que se le asignan a las instituciones que lideran la implementación y el seguimiento de los ODS en los países de América Latina y el Caribe. Está basada en en el reconocimiento de “tres C” (por los términos en inglés): capacidad para liderar procesos (Championing); capacidad de reunir actores interesados en un esfuerzo coordinado (Convening); y capacidad para ser transparentes y apoyar la difusión y sensibilización en torno a los ODS (Communicating ).
Mediante un ejercicio de análisis cualitativo, el cual agrupa nueve variables bajo esas tres dimensiones, el estudio de las 33 instituciones establecidas para encabezar la implementación, seguimiento y examen de los ODS a nivel nacional en ALC muestra que a nivel regional la capacidad de liderazgo es la más fuerte, con un promedio de 77,12 puntos sobre 100 posibles, una calificación alta. Sin embargo, las capacidades de comunicación y convocatoria de actores alcanzan 48,48 y 36,36 puntos, respectivamente, indicando importantes deficiencias.
Entre las razones que explican esos bajos puntajes señalamos:
- La casi total exclusión de representantes de los parlamentos, el poder judicial y organismos técnicos del Estado, como los organismos de contraloría o defensores del pueblo, en el trabajo de las instituciones que lideran la implementación y seguimiento nacional de la Agenda 2030.
- La inclusión de los actores no gubernamentales en niveles intermedios de los procesos de toma de decisiones, generalmente bajo la figura de consultores y sin especificar qué tratamiento debe darse a sus aportes.
- La ausencia de mandatos para trabajar basados en datos.
- La falta de mecanismos institucionalizados de rendición de cuentas y para la divulgación y sensibilización frente a la Agenda 2030 y sus ODS.
Resulta evidente que en ALC se requiere de un refuerzo en la implementación del ODS 16, pero también en su monitoreo: de acuerdo con la Cepal, en 2023 solo existen datos para medir 11 de los 24 indicadores asociados al ODS 16, y mientras siete muestran progreso insuficiente para alcanzar las metas en 2030, los otros cuatro exponen regresiones.
En términos de metas, eso se traduce en que de las 12 metas asociadas al ODS 16 cinco avanzan de forma demasiado lenta para lograrse a tiempo, tres se han movido en sentido contrario al buscado y no contamos con información sobre las otras cuatro. Este resultado, como se mencionó anteriormente, afecta de forma negativa la implementación de los demás ODS, pues sin la base que provee el ODS 16 será difícil avanzar, y mucho más hacerlo de forma acelerada.

La Cumbre de los ODS que se reunirá este año, y la Cumbre sobre el Futuro de 2024, son oportunidades para reforzar la gobernanza global y regional del desarrollo sostenible, lo que podría causar un efecto en cascada sobre el nivel nacional, pero eso no ocurrirá sin un esfuerzo coordinado de múltiples actores que permita sostener la ambición de la Agenda 2030 y generar datos para una acción basada en evidencia.