
Celina Manso
Cepei
c.manso@cepei.org
31 de marzo de 2020
En el marco de la situación actual que atraviesa el mundo ante la pandemia del COVID-19 pudimos ver cómo China, desde diciembre de 2019, y ahora Europa y en especial Italia, han reducido significativamente sus emisiones de dióxido de nitrógeno, tal como lo muestran las imágenes tomadas por el satélite Copernicus Sentinel-5P de la Agencia Espacial Europea.


Diferentes medios periodísticos replicaron fotografías de cielos despejados en China, canales limpios en Venecia y hasta animales salvajes ingresando a ciudades vacías, expresando la positivo que estaba resultando para la naturaleza la cuarentena adoptada por los diferentes países a causa del COVID-19. Esto nos hace plantear un primer interrogante, ¿se mantendrán las reducciones de las emisiones luego de que la actual crisis sea controlada?
Lamentablemente, los primeros pasos adoptados por China, luego de que comunicara tener el brote del COVID-19 bajo control, no son nada alentadores. Como se puede ver en la animación realizada por la Agencia Espacial Europea, el volumen de emisión de dióxido de nitrógeno ha aumentado notablemente desde los primeros días de marzo.

El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, en la presentación de la Declaración de la Organización Meteorológica Mundial sobre el estado del clima mundial en 2019 ha expresado ante la prensa que “No debemos sobrestimar el hecho de que las emisiones se hayan reducido durante algunos meses. No combatiremos el cambio climático con el virus” y recalcó que “es importante que toda la atención que debe prestarse para combatir esta enfermedad no nos distraiga de la necesidad de derrotar el cambio climático“. Guterres exigió acciones urgentes a ese fin:
“El calentamiento global se acelera. El 2019 fue el segundo año más caliente, y la última década la más caliente en la historia de la humanidad (y por tanto) no tenemos tiempo que perder si queremos evitar una catástrofe climática”.
El informe de la Organización Meteorológica Mundial expone los efectos visibles del calentamiento del planeta, desde la aceleración en el aumento del nivel del mar al deshielo de los glaciares, pasando por modificaciones registradas en los ecosistemas terrestres y marinos. Llega a estas conclusiones luego de analizar los indicadores climáticos mundiales que describen el clima cambiante, proporcionando una imagen amplia del cambio climático a nivel global que va más allá de la temperatura y los riesgos e impactos relacionados con el clima que dependen de interacciones complejas entre los peligros relacionados con el clima y la vulnerabilidad, exposición y capacidad de adaptación de los sistemas humanos y naturales. En su prólogo, el Secretario General de la ONU nos recuerda que “Actualmente estamos muy lejos de cumplir los objetivos del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura a 1,5 o 2 C”.
La fase que el mundo está atravesando hoy a causa de la pandemia del COVID-19 nos demuestra que ante casos de urgencia en donde se pone en peligro la vida de las personas, la economía puede pasar a un segundo plano y los Estados adoptar todas las medidas necesarias para proteger a sus ciudadanos.
Esto nos deja la esperanza de que los Estados entiendan que el cambio climático pone en peligro la propia continuidad de la vida en el planeta, y deben tomar acciones que perjudicarán la economía cortoplacista en pos de priorizar la dimensión ambiental e internalizar costes ambientales en los modelos de toma de decisiones económicas. Esas acciones son necesarias, y si no se toman de manera urgente de poco servirán los actuales esfuerzos dado que no tendremos un planeta que brinde condiciones de habitabilidad para los seres humanos.

“En la Región de las Américas, nueve (9) países han reportado más de 1,000 casos totales de COVID-19 hasta la fecha, siendo Estados Unidos de América el país que ha reportado la mayoría de los casos (86%) y muertes (85%).
Ecuador informó un total de 136 muertes por COVID-19 hasta la fecha, de las cuales 61 se clasificaron como probables y el resto como muertes confirmadas. Esta pendiente el obtener más información sobre las “muertes probables”.
Estados Unidos informó un total acumulado de 3.004 muertes hasta la fecha, uniéndose así a China (3.309), Francia (3.024), Italia (11.591) y España (7.340) como uno de los cinco países que ha superado el umbral de 3.000 muertes”.
Organización Panamericana de la Salud, 31 de marzo de 2020
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