
Research Director
j.surasky@cepei.org
En 2023, a mitad del plazo para lograr los objetivos de la Agenda 2030, seremos testigos de la primera presentación de un informe voluntario por parte de una entidad internacional: la Unión Europea (UE). Vamos a llamar a este tipo de reporte VIER por su nombre en inglés (Voluntary International Entity Review). El hecho es relevante teniendo en cuenta que la Agenda 2030 estableció un marco de seguimiento y examen para vincular los niveles global, nacional y regional, y se señaló a los Informes Nacionales Voluntarios (VNR por sus siglas en inglés) como la base del mecanismo de monitoreo.
En 2018, por ejemplo, algunos gobiernos locales ya habían decidido presentar internacionalmente sus propios esfuerzos por implementar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a nivel territorial, lo cual fue un desarrollo no previsto en la Agenda 2030. Esto dio origen a los Informes Locales Voluntarios (VLR por sus siglas en inglés).
La importancia del VIER, que más allá de ser innovador expresa el trabajo realizado en el territorio de 27 países con una población que supera los 447 millones de personas, motivó a Cepei a analizarlo para identificar novedades, continuidades y falencias en este nuevo modo de reporte.
Una mirada al informe
La UE considera al desarrollo sostenible como una combinación de “crecimiento económico, una economía social de mercado altamente competitiva que no deja a nadie atrás, el respeto por los derechos humanos y un alto nivel de protección ambiental” (p.7). De esta forma, la competitividad y el respeto por los derechos humanos ganan un protagonismo que no tienen en las aproximaciones tradicionales al desarrollo sostenible.
El VIER muestra la doble visión de sus responsabilidades que asume la UE:
- Interna: se analizan las acciones y políticas de la UE dentro de los países que la integran. Una serie de políticas europeas son claves en este sentido, entre ellas el “Semestre Europeo” (marco para la supervisión integrada y la coordinación de políticas económicas y de empleo en toda la UE) y el “Marco financiero plurianual y Next-Generation de la UE” (plan de recuperación pospandemia con fondos comprometidos por más de 800 mil millones de euros).
- Externa: está centrada en el apoyo de la UE al avance de la Agenda 2030 en otros países, donde el foco queda en las políticas de cooperación europea y el llamado “compromiso de la UE con el mundo”.
Esta doble mirada también se expresa en un alineamiento entre la estrategia de trabajo de la Comisión Europea 2019-2024 y los ODS.
Prioridades de políticas 2019-2024 de la Comisión Europea y sus nexos con ODS

Además, la promoción de la equidad, el impulso al cuidado y restauración del clima, la igualdad de género y la consideración de los impactos de la COVID son destacados como elementos transversales.
Entre las lecciones aprendidas en su trabajo en favor de la Agenda 2030, la UE destaca la necesidad de contar con instituciones sólidas, procesos de legislación basados en evidencia, asegurar la coherencia de las políticas para el desarrollo sostenible, hacer un mejor uso del presupuesto comunitario y comunicarse mejor con la ciudadanía. Lo anterior manteniendo el compromiso de la UE con los ODS en todo el mundo.
El análisis de la acción europea para cada uno de los ODS constituye la parte más extensa del informe. Los primeros 16 objetivos son presentados bajo una misma estructura que divide la información en acción interior y exterior de la UE. El ODS 17 sobre alianzas sigue una estructura diferente para incluir el tratamiento de la Agenda de Acción de Addis Abeba sobre financiamiento del desarrollo sostenible.
Completan el informe una serie de anexos presentando información estadística, la participación de los jóvenes en el cumplimiento de la Agenda 2030, y un informe de síntesis sobre consultas con las partes interesadas.
Lo repetido, lo ausente y lo nuevo
El Informe de Entidad Internacional Voluntario presentado por la UE introduce una bienvenida novedad en el marco de seguimiento y examen de la Agenda 2030 y aporta elementos innovadores, como transparentar el proceso seguido con las contribuciones realizadas por los diferentes actores el proceso de construcción del VIER.
Sin embargo, vemos en él la repetición de falencias ya identificadas en informes nacionales. Al igual que ocurre con los Informes Nacionales Voluntarios (VNR), el informe dice seguir las directrices para la elaboración de VNR del secretario general de la ONU, pero solo lo hace parcialmente afectando la posibilidad de realizar comparaciones entre reportes. Igualmente, la presentación de los pasos futuros para la implementación de los ODS se limita a presentar orientaciones sobre las direcciones que seguirá la UE, pero no acciones concretas por realizar.
Finalmente, este VIER deja algunos “espacios en blanco”. A pesar de mencionar reiteradamente la centralidad del principio de “no dejar a nadie atrás” no hay una identificación clara de cuáles son los grupos más vulnerables a los que debe atenderse de manera prioritaria. En materia de datos, el anexo estadístico carece de una narrativa que facilite su lectura por personas que no tienen formación en la materia, haciendo que el público en general no pueda aprovechar la información que allí se comparte.
Más allá de sus contenidos, la llegada del primer VIER abre una nueva ventana de oportunidad para mejorar el marco de reporte de la Agenda 2030. Cuando ello ocurrió con los Informes Locales Voluntarios, fueron las autoridades de los gobiernos que actuaban a ese nivel quienes lograron darles fuerza y relevancia. Ahora es el momento para que nuevas entidades internacionales den continuidad y hagan crecer la presentación de VIER como herramientas de transparencia y rendición de cuentas.