El presente documento constituye un diagnóstico de las empresas en Colombia y su contribución con el Desarrollo Sostenible, que en el marco de la iniciativa “Unidos por los ODS”, recopila y analiza información a detalle de 21 empresas de 7 sectores y, realiza un análisis de escritorio en 10 empresas con información secundaria disponible de otros sectores adicionales.
Esto permite determinar el estado en que las empresas incorporan algunas de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) e identificar aquellas oportunidades de trabajo con otros actores para aunar esfuerzos que garanticen la incorporación de los compromisos establecidos en los ODS.
En línea con el camino que ha adoptado Colombia como país frente a los ODS y con el fin de visibilizar los esfuerzos e iniciativas que realizan las empresas como actores activos de los retos que implica la Agenda, desde finales de 2017, la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB), la Red Pacto Global Colombia, Fundación Bolívar Davivienda y Fundación Corona comprometidos con la implementación de la Agenda 2030, unieron esfuerzos para promover el proyecto Unidos por los ODS – El aporte de nuestras empresas. Una iniciativa que busca medir la contribución que realizan las empresas al cumplimiento de la Agenda, identificado sus fortalezas, aspectos a mejorar y desafíos.
Para el desarrollo de la iniciativa, el Centro de Pensamiento Estratégico Internacional (Cepei), como operador técnico del proyecto diseñó un cuestionario compuesto por 71 preguntas que abarcan 13 ODS de forma directa y da respuesta a 31 indicadores. En los temas ambientales se contó con el apoyo del World Wildlife Fund (WWF). Estos indicadores fueron formulados desde una perspectiva empresarial, pero manteniendo el enfoque colaborativo establecido por Naciones Unidas. Dicho instrumento fue aplicado a 21 grandes empresas de diferentes sectores, las cuales mediante un ejercicio multiáreas recopilaron información detallada de diferentes temáticas para tres años consecutivos 2015, 2016 y 2017.
Principales conclusiones
Las empresas se han comprometido con fortalecer relaciones tanto al interior de su compañía y cadena de valor como con la comunidad. Por una parte, han buscado mejorar el nivel de calidad de vida de sus colaboradores, promoviendo su crecimiento profesional y personal a través de la generación de nuevas oportunidades de aprendizaje dentro y fuera de la compañía por medio de capacitaciones y auxilios económicos. Además, han enfocado sus esfuerzos en crear un clima laboral adecuado que se encuentre en línea con el compromiso ambiental y social con que cuenta.
Las empresas han consolidado condiciones más equitativas de participación y desarrollo para todos sus colaboradores sin importar el sexo, cargo o condición social. No obstante, es necesario continuar trabajando en cerrar las brechas salariales que se presentan entre hombres y mujeres, sobre todo en los cargos directivos.
Es importante resaltar el rol que están adquiriendo las empresas frente a la inclusión laboral que demanda el proceso de paz, abriendo nuevos espacios para la reintegración a la vida civil. Esta nueva responsabilidad debe ser trabajada en conjunto con actores tanto gubernamentales como no gubernamentales que permitan la articulación de esfuerzos.
En cuanto a la cadena de valor, las empresas han trabajado de la mano con proveedores nacionales, especialmente, pequeñas y medianas empresas, lo cual ha dado estabilidad financiera a estos segmentos, que, en conjunto con las microempresas, son el músculo económico más grande del país. Sin embargo, las empresas deben comenzar a caracterizar sus proveedores por segmentos empresariales y ubicación (rural y regional) que permita dar cuenta del impacto que están teniendo sobre la estructura económica del país, y a partir de ello, puedan generar estrategias articuladas con sus proveedores como la definición de criterios de selección que incentive a los socios a alinearse con la normatividad necesaria y a mejorar sus estándares.
Cada vez más empresas son conscientes del impacto socioeconómico y ambiental que generan en los territorios donde tienen presencia sus operaciones; esto les ha permitido diseñar alternativas de desempeño empresarial responsable e incluyente, que priorice aquellos aspectos que inciden positivamente en su gestión ambiental, tales como los programas para uso adecuado del recurso hídrico, eficiencia energética y producción sostenible, en el marco de los programas de producción más limpia reglamentados por las normatividad colombiana.
La contribución de las empresas al cumplimiento de los ODS exige incorporar nuevos indicadores que se conviertan en un complemento de los ya medidos por las compañías, lo cual requiere un ejercicio adicional de levantamiento de información que contenga un nivel de detalle más amplio de la información y permita desarrollar análisis más robustos.