Filantropía de datos en Oriente Medio y el Norte de África: mapeo del panorama

septiembre 9, 2022

Abed Khooli
Especialista en TIC
Centro de Educación Continua
University of Birzeit


Cuando se anunciaron los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2015, se anticipó que las alianzas de múltiples partes interesadas (Objetivo 17) trabajarían para lograrlos. Las alianzas o colaboraciones debían incluir compromisos del sector privado y la movilización de recursos para apoyar a los gobiernos en la consecución y seguimiento de los ODS, incluido el fortalecimiento de los sistemas digitales y de datos.

Sin embargo, en 2022, los objetivos siguen muy lejos de cumplirse. Los factores externos, incluida la COVID-19, son en parte responsables, y es probable que la situación se deteriore debido a la guerra de Ucrania. En la actualidad, los Objetivos están lejos de alcanzarse, incluso en los países de la OCDE. En este contexto, las colaboraciones público-privadas no parecen tener el nivel de incidencia que se preveía en 2015.

En el ámbito de la colaboración público-privada en materia de datos, actualmente se sabe muy poco sobre la contribución de las empresas a la recopilación y el uso de datos por parte de los gobiernos para favorecer la consecución y el seguimiento de los ODS. En otras palabras, faltan datos en torno al impacto de la filantropía de datos en las políticas públicas.

Para suplir esta falta de datos, el Centro de Formación Continua (CCE) de la Universidad de Birzeit [Birzeit University’s Center for Continuing Education (CCE)] participa en un estudio mundial dirigido por Cepei y LIRNEasia, financiado por el International Development Research Center (IDRC). Hasta la fecha, el CCE ha contribuido al proyecto elaborando un mapeo de las contribuciones de las empresas a los gobiernos en 15 países de la región MENA (Argelia, Bahrein, Egipto, Jordania, Kuwait, Líbano, Marruecos, Omán, Palestina, Qatar, Arabia Saudí, Siria, Túnez, EAU y Yemen). Los resultados del trabajo pueden consultarse en la sitio web del proyecto. Esta entrada del blog resume algunas de nuestras principales conclusiones.

Reflexiones sobre la colaboración público-privada en materia de datos sobre los ODS en la región MENA

La región de Oriente Medio y Norte de África es relativamente uniforme en cuanto a cultura y lengua, pero diversa en cuanto a ingresos y estabilidad política. Algunos países de la región se encuentran entre los más pobres del mundo, mientras que otros están entre los más ricos. Algunos países son política y económicamente estables, mientras que otros sufren guerras y ocupaciones. Muchos países también se ven afectados por los conflictos regionales y experimentan una mayor presión sobre los recursos públicos debido a la migración de refugiados y desplazados internos. Los índices de progreso de los ODS en la región reflejan estas realidades. Nuestro mapeo solo nos permitió encontrar unos cuantos ejemplos de colaboraciones de datos entre el sector público y privado. Una primera consideración es que la mayoría de los compromisos que identificamos estaban relacionados con la adopción de los ODS como parte de las operaciones de las empresas (por ejemplo, la reducción de las emisiones de carbono o la reducción de la brecha salarial de género) y no como parte de sus principales actividades comerciales. 

Al igual que el resto del mundo, la región se vio gravemente afectada por la COVID-19, lo que provocó una reducción en los ingresos de muchas empresas y un desvío de los recursos disponibles para hacer frente a la crisis sanitaria. Aunque los datos son vitales para la resiliencia en general y para la resiliencia sanitaria en particular, la mayoría de las iniciativas del sector privado no consistieron en acciones relacionadas con los datos (los datos de salud son principalmente responsabilidad del sector público y sus políticas son complejas o inexistentes). A pesar de lo anterior, una conclusión de nuestro mapeo es que la COVID-19 evidenció la falta de resiliencia, aceleró los esfuerzos de transformación digital y acentuó la necesidad de contar con mejores datos para el seguimiento de los ODS (más de 100 objetivos de los 169 no tienen datos disponibles en la región árabe).

Otra tendencia que identificamos es que la mayoría de las contribuciones de las empresas a los ODS en la región se realizan como parte de proyectos de responsabilidad social corporativa (RSC), ya sea como contribuciones benéficas o para mejorar la imagen corporativa. En este contexto, se observó un interés notable en las iniciativas de ayuda para aliviar la pandemia, vinculadas a la protección social o al distanciamiento social que se basan, en gran medida, en datos de telefonía móvil.

En varios países pobres, los actores internacionales y regionales (en su mayoría donantes, ya sea directamente o a través de donaciones a las ONG que actúan como intermediarios entre las entidades públicas y privadas) contribuyen con la mayor parte de la financiación de las iniciativas de datos para la implementación de los ODS y la presentación de informes. Los países más ricos de la región tienden a ser autosuficientes. La participación indirecta del sector privado también puede producirse a través de fundaciones o contribuciones a los esfuerzos del gobierno, los donantes u otros actores. Estos canales fueron difíciles de rastrear debido a las limitaciones del mapeo.

Resulta preocupante que las empresas de la región parezcan tener una presencia mínima en los foros y consultas mundiales diseñados para hacer un seguimiento a las colaboraciones de datos público-privadas. Por ejemplo, se observa una mínima participación del sector privado en las consultas mundiales en línea sobre los ODS 4, 5, 14, 15 y 17 (2022). En la plataforma anual de contribuciones al Foro Político de Alto Nivel (HLPF, por su sigla en inglés), solo se encontraron nueve contribuciones, de un total de 850, de colaboraciones público-privadas. También se observa que ninguno de los países de la región MENA figura en la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (UNSDSN, por su sigla en inglés), pero las entidades de MENA están asociadas a la red del Mediterráneo. Aunque parte de la inactividad del sector privado puede atribuirse a la reciente pandemia de la COVID-19, parece haber una ausencia general de compromiso por parte de las empresas incluso en los principales foros y procesos como el Pacto Global o el Pacto de Editores.   

Aparte de un número limitado de indicadores, e independientemente de la participación o no del sector privado, los datos de los ODS disponibles en la región no están desagregados por género (un área transversal y el Objetivo 5) y otras dimensiones demográficas. Esto tiende a ser un problema global, pero resulta más notorio en el Sur Global. Por ejemplo, ninguno de los países de Oriente Medio y Norte de África es miembro de la Carta de Datos Inclusivos [Inclusive Data Charter], y la región solo ha mejorado tres puntos en el índice de género de los ODS desde 2015. También hay una considerable brecha de género en la propiedad y el uso de los móviles, lo que conduce a limitaciones en el uso de big data de manera desagregada. La igualdad de género sigue siendo el principal reto de la región.

Varios países de Oriente Medio y Norte de África carecen de marcos jurídicos y normativos adecuados para la gestión y la gobernanza de los datos (leyes sobre la libertad de información, normativas sobre el intercambio de datos, leyes sobre la privacidad de los datos, la protección de los datos, etc.). Algunos han promulgado recientemente este tipo de leyes. Esto es un obstáculo importante para los actores que tratan de contribuir a las iniciativas de datos.

A pesar de la riqueza de varios países y empresas de la región, otro dato interesante que se desprende del mapeo es que las empresas que participan en colaboraciones de datos público-privadas en varios países tienden a ser, en su mayoría, del Norte Global. Empresas tecnológicas como Esri, Meta, Google y Microsoft se comprometen con los gobiernos de varios países, ofreciendo sobre todo compartir datos acerca de temas de relevancia pública. A pesar de la evidencia de estas colaboraciones, lo que no está tan claro es hasta qué punto los gobiernos nacionales se benefician de estas iniciativas de datos para los ODS. 

En términos de impacto, hay poca evidencia (aparte de los datos mapeados en línea o las citas de los informes Nacionales Voluntarios (VNR, por su sigla en inglés) respecto a si las iniciativas de datos están siendo utilizadas o implementadas, y mucho menos si se está haciendo un seguimiento de su impacto. La publicación de datos abiertos puede no ser suficiente, y se necesitan más habilidades técnicas. La falta de capacidad también limita las ventajas que ofrecen los datos del sector privado que son compartidos públicamente, incluso si están relacionados de manera directa con los ODS.

Reflexiones y próximos pasos de nuestro trabajo

Nuestra investigación hasta la fecha ha demostrado que existen ejemplos de colaboraciones de datos público-privadas en la región MENA, pero no se ha aprovechado todo su potencial. Aún queda mucho por hacer.

Como proyecto, nos proponemos explorar con más detalle las colaboraciones de datos público-privadas en los próximos meses, realizando una serie de estudios de caso con ejemplos exitosos que nos permitan entender lo que funciona y lo que no. Esta investigación se publicará en el sitio web del proyecto y busca contribuir a visibilizar las brechas y obstáculos que impiden una mayor colaboración entre el sector público y privado. En definitiva, esperamos contribuir a mejorar la forma en que se establecen y ejecutan estas colaboraciones, garantizando su visibilidad e impacto, para recuperar la esencia del Objetivo 17.


Este blog ha sido escrito por Abed Khooli, quien trabaja con datos para el desarrollo. Abed trabajó como desarrollador, investigador y asesor en varios proyectos de ciencia de datos y datos abiertos a nivel nacional y regional. Desarrolló plataformas y contenidos y participó en proyectos de datos regionales.

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