Desigualdad de acceso a educación de calidad: el reto de desarrollar competencias mínimas en Colombia

mayo 21, 2021

Por: Oscar Díaz – @oscarmdiazb
Voluntario del área de Datos en Cepei


Introduccón

Asistir al colegio no es lo mismo que aprender. En 2017, 1.061 estudiantes fueron matriculados en tercer grado en Cumaribo, un municipio en el departamento del Vichada, al este de Colombia. Al terminar el año académico,  de ellos solo la mitad tenía las competencias necesarias para realizar una suma de tres dígitos y apenas un décimo superaba los niveles mínimos de aprendizaje esperados.

La realidad de Cumaribo no es única en Colombia. En el país, uno de cada cinco estudiantes de tercer grado no alcanza niveles mínimos ni en matemáticas ni en lenguaje. Para ponerlo en contexto, esto quiere decir que Cumaribo solo aporta un pequeño porcentaje de los 150 mil estudiantes colombianos que terminan tercero de primaria sin desarrollar competencias básicas (Cálculo propio con base en Pruebas SABER 3, 2017). 

Por eso, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que Colombia se ha comprometido a cumplir, se refiere al ODS 4 que busca mejorar el acceso a la educación de calidad para que que todos los niños y niñas en edades tempranas desarrollen sus competencias mínimas en lectura y matemáticas.

Esta historia con datos presenta un análisis comprensivo sobre cómo va el país y sus regiones en el cumplimiento del ODS 4, en línea con la meta 4.1: “Para 2030, velar por que todas las niñas y todos los niños terminen los ciclos de la enseñanza primaria y secundaria, que ha de ser gratuita, equitativa y de calidad y producir resultados escolares pertinentes y eficaces”.

Esta es la primera de tres entregas sobre educación en Colombia y presenta un bosquejo de las dimensiones de la crisis de aprendizaje en el país, sentando las bases para los próximos análisis que serán presentados como  historias con datos. La segunda entrega estudia en mayor detalle la desigualdad en los resultados de la prueba SABER 3, al analizar cómo las oportunidades de desarrollar habilidades básicas varían entre y dentro de los territorios. Y la tercera entrega explica un análisis de resiliencia mediante el estudio de  lugares donde, a pesar de tener niveles socioeconómicos desventajosos, la proporción de estudiantes rezagados es relativamente baja. ¡Estos lugares son casos de éxito y es importante identificarlos si se quiere aprender de ellos!

La crisis del aprendizaje

La crisis de aprendizaje se puede estudiar en edades tempranas (8-9 años) en Colombia gracias a las pruebas SABER 3, implementadas por el Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (ICFES) entre 2012 y 2017 (1). Este es un esfuerzo valioso del Gobierno porque evalúa con rigurosidad los logros y las fallas del sistema educativo, además de hacer públicos los resultados. Bajo  el lema “que nadie se quede atrás”, el presente análisis se enfoca en los estudiantes de tercer grado que obtienen niveles insuficientes en estas pruebas y que  el sistema educativo no está alcanzando de forma correcta.

Cada estudiante sin aprender no es solo un problema de desaprovechamiento de recursos sino también de conciencia social, porque llegan a edad adulta sin tener habilidades básicas, que debieron ser garantizadas desde la niñez. La injusticia se agrava cuando se considera que aquellos que se quedan rezagados desde tan tempranas edades son los ciudadanos más pobres y marginados. Los niños que más necesitan de un sistema educativo que les ayude a compensar la desigualdad de oportunidades.

La educación, cuando se imparte bien, promueve la justicia social y la equidad, como lo propone la Agenda 2030para el Desarrollo Sostenible, tiene el poder de reducir la pobreza y disminuir las desigualdades económicas y sociales. Por esto, resolver la crisis de aprendizaje también es relevante para alcanzar el  ODS 1: Fin de la pobreza y el ODS 10: Reducir desigualdades.

¿Cómo vamos con el objetivo de alcanzar competencias mínimas en matemáticas y lectura?

Contexto internacional: ni muy bien ni muy mal

Ir al colegio no es condición suficiente para aprender. Por lo cual, es necesario, no sólo medir el acceso a la educación sino también su calidad. En años recientes muchos países han hecho esfuerzos por mejorar la forma en que evalúan el éxito de sus sistemas educativos, enfocándose más en los niveles de aprendizaje que en el tiempo dedicado a estudiar.

No obstante, medir el aprendizaje es mucho más difícil que medir el número de estudiantes que asisten al colegio. Por eso, no existe ninguna prueba internacional que permita contrastar niveles de conocimiento en edades tempranas entre países (2).

Sin embargo, sí existen esfuerzos individuales que, si bien deben ser analizados con discreción, nos pueden ayudar a entender dónde se ubica el país en relación con el resto del mundo.  La figura 1 contrasta la proporción de estudiantes de grado 2 y 3 que alcanzó capacidades mínimas en lectura y matemáticas, justo antes del lanzamiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Según el SDG tracker (2015)entre 2010 y 2015, 68% de los estudiantes colombianos en edades tempranas alcanzó competencias mínimas en lectura y 52% en matemáticas.

Comparada con otros  países de Latinoamérica, Colombia obtuvo puntajes promedios con valores similares a los de Brasil, México y Perú en lenguaje, y a Ecuador en matemáticas. Los resultados del país fueron muy inferiores en comparación con Chile (90% en lenguaje, 78% en matemáticas) y Costa Rica (82% en lenguaje, 77% en matemáticas). Y más  aún a puntajes de países como Finlandia y Dinamarca en lenguaje, o Corea del Sur y Singapur en matemáticas, donde todos los estudiantes adquieren competencias mínimas.

Figura 1. Proporción de estudiantes en los primeros grados de primaria que alcanzan capacidad mínimas en lenguaje y matemáticas por país entre 2010 y 2015

Fuente: elaboración propia con base en SDG tracker (2015)

Contexto nacional: más de cien mil estudiantes rezagados por año

Según los resultados de la prueba SABER 3 2017, de los 760.865 estudiantes que cursaron tercer grado, el 82% alcanzó niveles mínimos en lectura y el 81% en matemáticas. El país logra dotar a la mayoría de sus estudiantes con capacidades mínimas. Sin embargo, uno de cada cinco estudiantes se queda rezagado.

Figura 2. Proporción de estudiantes por nivel de desempeño en prueba de lenguaje y matemáticas Colombia 2017

Fuente: elaboración propia con base en pruebas SABER 3, 2017

El leve progreso que tuvo el país desde 2012,  año en el que empezó la prueba SABER 3, evidencia lo difícil que es resolver la crisis de aprendizaje en el país. Ese año el 23% de los estudiantes no alcanzó capacidades mínimas de lenguaje, una reducción de 5 puntos porcentuales. En matemáticas el progreso es desalentador, pues el país está prácticamente al mismo nivel que hace cinco años (Ver figura 3).

Figura 3. Proporción de estudiantes con desempeño insuficiente en prueba de lenguaje y matemáticas Colombia 2012 – 2017

Fuente: elaboración propia con base en los resultados de la prueba SABER 3, 2012-2017 (ICFES, 2017)

Contexto territorial: regiones, departamentos y municipios

Los cientos de  estudiantes que van al colegio y no aprenden son oportunidades que la sociedad pierde. No obstante, la proporción con la que se desaprovechan estas oportunidades varía ampliamente a lo largo del territorio.

Al comparar las regiones del país se evidencia que la proporción de estudiantes con nivel de desempeño mínimo en matemáticas y lenguaje oscila entre 13% en la región Centro Oriente, hasta 24% en la región Caribe. Es decir, la región Caribe presenta los retos más grandes en este indicador:casi uno de cada cuatro estudiantes no aprende. Esto no quiere decir que no existan grandes  retos en las otras regiones. Similar al agregado nacional, uno de cada cinco estudiantes queda rezagado (Ver figura 4 – Nivel territorial: región).

Al realizar un análisis más detallado se evidencia la gran variación que esconden los datos agregados. A nivel departamental, la proporción de estudiantes que se quedan rezagados en lenguaje fluctúa entre el 12% en Bogotá, hasta el 43% en Vaupés, y en matemáticas entre el 11%, en Boyacá, y el 43%, en Vaupés (Ver figura 4 – Nivel territorial: departamento).

Entre los departamentos se destaca el bajo rendimiento en Magdalena, Bolívar, Chocó, San Andrés, La Guajira, Guainía, Vichada, Amazonas, y Vaupés, donde más de uno de cada cuatro estudiantes se queda rezagado. Por el contrario, sobresalen con rendimientos positivos departamentos como Boyacá, Cundinamarca, Santander y Caldas, donde menos del 15% de los estudiantes se queda rezagado.

A nivel municipal, teniendo en cuenta sólo municipios con más de 100 estudiantes en tercer grado, la proporción de estudiantes rezagados en lenguaje varía desde 4% en Barichara, Santander, hasta 50%, en San Estanislao, Bolívar (Ver figura 4 – Nivel territorial: municipio).

Se puede observar que en más de 70 municipios la proporción de rezagados es menor al 10% de estudiantes. Sin embargo, en más de cien municipios más de uno de cada tres estudiantes se está quedando atrás.

Figura 4. Proporción de estudiantes con desempeño insuficiente en prueba de lenguaje y matemáticas por región 2017

Fuente: elaboración propia con base en los resultados de la prueba SABER 3, 2017

En términos de capacidad para proveer habilidades mínimas, se evidencia la tragedia de siempre en Colombia: la desigualdad regional. El país tiene municipios donde prácticamente todos los estudiantes desarrollan habilidades mínimas. Por ejemplo, entre los municipios con más de mil estudiantes en tercer grado, se destacan Cota (4%), San Gil (7%), Duitama (8%), Floridablanca (9%) y Envigado (10%). Y en municipios más pequeños como Barichara, Palocabildo, Sutatausa y Almaguer, casi  ningún estudiante se queda atrás. Al mismo tiempo, el país tiene lugares donde más de la mitad de los estudiantes, a pesar de asistir  al colegio, no aprenden. Dotar a todos los estudiantes con habilidades básicas son oportunidades que algunos lugares aprovechan más que otros.

Municipios: Comparaciones relevantes

Colombia es un país diverso, y las diferencias sociales, económicas y políticas hacen que comparar los desempeños basándose únicamente en la división geográfica pueda llevar a conclusiones erróneas. Por ejemplo, no es justo comparar los logros del sistema educativo de Bogotá, una ciudad con amplios recursos y gran autonomía en términos de política educativa, con Puerto Gaitán, un municipio rural disperso de  bajos recursos y poca autonomía para cambiar su rumbo educativo.

Considerando las diferencias del contexto esta sección estudia la proporción de estudiantes rezagados de acuerdo con las diferentes clasificaciones que el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) y el Departamento Nacional de Planeación (DNP) le dan a los municipios:

–> Clasificación de ruralidad:divide los municipios en 4 categorías según su nivel de ruralidad. Las categorías incluyen ciudades y aglomeraciones, intermedios, rurales y rurales dispersos.

–> Clasificación Medición de Desempeño Municipal (MDM): compara el desempeño municipal entendido como la gestión de las Entidades Territoriales y la consecución de resultados de desarrollo (el aumento de la calidad de vida de la población) teniendo en cuenta las capacidades iniciales de los municipios. La MDM se mide al interior de 6 grupos que buscan categorizar municipios “similares” según el nivel de capacidades iniciales.

–> Grado de Importancia económica: ordena jerárquicamente los municipios en siete categorías (1-7) dependiendo su nivel de valor agregado y de su peso económico relativo en cada departamento.

-> Capacidades Iniciales: este componente clasifica los municipios en seis grupos que poseen capacidades de gestión similares. Tiene en cuenta el nivel de recursos tributarios del gobierno local y las condiciones del municipio que delimitan el alcance de la gestión y la provisión de bienes y servicios. El primer grupo, C, corresponde a las trece ciudades capitales principales según el DANE; los cinco siguientes grupos contienen cada uno el 20% de los municipios ordenados de la mayor a la menor capacidad de gestión inicial.

Estas clasificaciones son importantes porque al agrupar los municipios teniendo en cuenta múltiples dimensiones se pueden hacer comparaciones más relevantes.

Los resultados muestran que, en términos de la clasificación de ruralidad, en las ciudades y aglomeraciones es donde menos alumnos se quedan atrás, solo 16% de los estudiantes se presentan rezagados en ambas pruebas, comparado con las demás categorías que superan el 20%. Los municipios con mejor desempeño municipal, C y G1, en la clasificación MDM, tienen la menor proporción de estudiantes rezagados, igual que los municipios con mayor grado de importancia económica (1 y 2). Finalmente, la categorización de capacidades iniciales muestra que, en términos proporcionales, la crisis de aprendizaje se concentra más en los municipios con menores capacidades de gestión (4, 5, y 6).

Nota: Para detallar los resultados anteriormente presentados, por favor diríjase a la figura 5 y seleccione la opción que quiere ver utilizando el filtro de Clasificación municipio.

Los municipios más rurales, con menor importancia económica, con menor desempeño, y con menos capacidad de gestión, son los que , en términos proporcionales, están más  lejos de acabar con la crisis de aprendizaje.

Figura 5. Proporción de estudiantes con desempeño insuficiente en prueba de lenguaje y matemáticas por clasificación de municipio

Fuente: elaboración propia con base en los resultados de la prueba SABER 3, 2017, y categorización de los municipios por el DANE y DNP

Crisis de aprendizaje por nivel socioeconómico de los establecimientos educativos

PISA define un sistema educativo equitativo como aquel en el que los resultados académicos no están relacionados con el contexto socioeconómico de los estudiantes. Entre menor sea la relación, mayor es la equidad del sistema educativo. Por eso, el planteamiento de la crisis de aprendizaje en edades tempranas en Colombia no estaría completo si no se presentaran los resultados a partir de este aspecto.

El ICFES clasifica los establecimientos educativos en 4 niveles socioeconómicos (NSE) según el promedio del índice socioeconómico de sus estudiantes. En promedio, los establecimientos nivel 1 acogen estudiantes con niveles socioeconómicos más bajos que los establecimientos nivel 4. La figura 6 muestra que en Colombia el contexto socioeconómico de los estudiantes es de gran relevancia. Estudiantes en establecimientos tipo 3 y 4 logran capacidades mínimas considerablemente mejores que el resto. Por ejemplo, en matemáticas, mientras un cuarto de los estudiantes se queda rezagado en los establecimientos tipo 1, sólo uno de cada veinte lo hace en establecimientos tipo 4 (Ver figura 6).

Figura 6. Proporción de estudiantes con desempeño insuficiente en prueba de lenguaje y matemáticas por nivel socioeconómico del establecimiento

Fuente: elaboración propia con base en los resultados de la prueba SABER 3, 2017 (ICFES, 2017).

Conclusiones

El país ha hecho avances inmensos en la cobertura de educación al promover la asistencia  escolar de las niñas y los niños. Sin embargo, el gran reto sigue siendo  garantizar que todos aprendan. Existe una proporción muy alta de estudiantes que el sistema está dejando rezagados desde temprana edad.

Es evidente como los retos para acabar con la crisis de aprendizaje en Colombia varían de forma amplia a lo largo del territorio. Hay lugares dentro del país que están muy cerca de lograr la educación de calidad para todos y otros donde el camino por recorrer aún es extenso. Reconocer las diferentes dimensiones del problema es el primer paso para encontrar soluciones y alcanzar la meta 4.1 de los ODS.

El Banco Mundial  en su reporte “Aprender para hacer realidad la promesa de educación” expone tres pasos claves que debe tener todo esfuerzo de política educativa para mejorar el sistema: evaluar el sistema, actuar basados en evidencia, y alinear todos los actores para que se favorezca el aprendizaje. Los esfuerzos que ha hecho el ICFES por evaluar el sistema son un paso clave para mejorar la crisis de aprendizaje.

Fuente: Tomada del reporte Aprender para hacer realidad la promesa de educación Banco Mundial, 2018

Lograr que todos los actores del sistema estén correctamente alineados hacia el aprendizaje y no hacia el acceso es fundamental para resolver la crisis de aprendizaje.

Fuente: Tomada del reporte Aprender para hacer realidad la promesa de educación – Banco Mundial 2018

Más allá de ser un derecho, la educación da a los individuos las herramientas necesarias para romper los ciclos de pobreza y cuando es de calidad y equitativa, puede ser un arma poderosa contra la desigualdad.

Finalmente, este análisis muestra que en los lugares más rurales, con menor capacidad de gestión y más pobres, una mayor proporción de estudiantes queda rezagada. Sin embargo, esta relación no es determinística. En las próximas entregas se estudia cómo estudiantes con niveles avanzados e insuficientes conviven bajo el mismo techo y cómo el mito de que el país  está dividido entre lugares ricos y bien educados y lugares pobres y mal educados se desmitifica.

Notas

(1) Este examen es una evaluación estandarizada que se implementa desde 2012  que busca evaluar la educación básica para brindar información para el mejoramiento de la calidad de la educación. La aplicación de la prueba contempla la evaluación a todos los estudiantes que se encuentran cursando grado tercero sobre las áreas de lenguaje y matemáticas.

(2) El Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA por sus siglas en inglés) evalúa estudiantes de 15 años.

Sobre el autor

Oscar Díaz es Economista y Magíster en Políticas Públicas y Desarrollo de la Escuela de Economía de París. En la actualidad, su campo de investigación es el desarrollo económico con enfoque en pobreza y educación en International Security and Development Center (ISDC).

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