
Director de investigación
j.surasky@cepei.org
Se dice repetidamente que la primera víctima de cualquier guerra es la verdad. Sabemos desde hace siglos, además, que la guerra se desarrolla tanto en escenarios militares como políticos. Esto se ha comprobado una vez más con la reciente escalada de violencia en Israel y Palestina.
Mientras vuelan las balas, cada parte beligerante activa su máquina de propaganda. Dado que el Desarrollo Sostenible se ha convertido en un tema activamente debatido, dicha maquinaria está aprovechando los escenarios globales de la Agenda 2030 para difundir las posiciones de cada parte en los conflictos.
Durante los últimos meses, los “flagelos de la guerra” de los que nos habla el preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas han reaparecido con nueva energía: Rusia invadiendo Ucrania, Azerbaiyán poniendo un violento final al conflicto de Nagorno-Karabaj y el nuevo conflicto armado que estalló en Medio Oriente.
Si se mira hacia atrás, tanto Rusia como Ucrania presentaron Informes Nacionales Voluntarios (VNR) de implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) durante el Foro Político de Alto Nivel de las Naciones Unidas (HLPF) de 2020, casi un año antes de que estallara la invasión.
En aquel momento, el VNR de Ucrania mencionó numerosas veces que la ocupación rusa afectaba sus posibilidades de acelerar el avance hacia el desarrollo sostenible. En la página 6 del documento, publicado en 2020, se afirma que los principales obstáculos al desarrollo aún incluyen la ocupación temporal de la República Autónoma de Crimea, la ciudad de Sebastopol y alguna parte del territorio de los óblast (divisiones administrativas territoriales) de Donetsk y Lugansk por parte de la Federación Rusa.
Por el contrario, el VNR de Rusia no mencionó ningún conflicto con Ucrania y evitó mencionar la situación en Donetsk o Crimea. La única mención de Ucrania pretendía demostrar la existencia de un espacio de colaboración entre ambos Estados. “La Federación de Rusia celebró una serie de acuerdos intergubernamentales clave sobre protección y uso de masas de agua con Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajstán, China, Mongolia, Ucrania…”, señala el informe.
Ahora, cuando se está construyendo la lista de países que presentarán sus informes nacionales voluntarios de implementación de la Agenda 2030 al HLPF de 2024, Azerbaiyán, Armenia, Israel y el Estado de Palestina han solicitado formalmente presentar sus reportes de progreso de implementación de los ODS.
Así, el HLPF, cuyo propósito esencial es discutir temas relacionados exclusivamente al avance y la implementación del desarrollo sostenible, se convertirá en una nueva plataforma para reafirmar las posiciones nacionales que han llevado al uso de la fuerza en las relaciones internacionales, que está prohibido por el derecho internacional.
En consecuencia, los informes sobre los ODS corren el peligro de convertirse en propaganda de guerra. Lo peor es que no es difícil imaginar que esta pueda ser presentada como un resultado forzado de los obstáculos para el avance del Desarrollo Sostenible. Es una justificación inaceptable. Ninguna excusa para la guerra es admisible y la Carta de las Naciones Unidas es clara sobre esa cuestión.
Además, los principales obstáculos para la adopción por consenso de los documentos finales del HLPF durante los últimos años estuvieron relacionados con cuestiones estrechamente vinculadas a la guerra, como las ocupaciones territoriales y los desplazamientos forzados. Esos problemas podrían resurgir en la negociación de la declaración política del HLPF de 2024 con mayor fuerza, bloqueando la apertura al diálogo que requiere cualquier negociación internacional.
Debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para garantizar que los ODS no se utilicen para justificar la violencia armada ni se conviertan en rehenes de la guerra. Debemos defender la Agenda 2030 para evitar que se convierta en otra de sus víctimas.
Nota:
A principios de noviembre de 2023, cuando este texto ya había sido publicado, las Naciones Unidas anunciaron que Israel retiraba la oferta de presentar su Informe Nacional Voluntario en 2024.