
Fredy Rodríguez Galvis
Cepei
f.rodriguez@cepei.org
19 de octubre de 2020
Los datos generados por la ciudadanía (DGC) se han convertido en una fuente de información importante para conocer dinámicas y fenómenos que no están siendo medidas con la estadística oficial o sobre las cuales solo se realizan mediciones parciales y requieren un análisis más detallado. La realidad es que los DGC se destacan por tener un acercamiento con los generadores de información, es decir, los ciudadanos y las comunidades de estudio.
Y para entender mejor esta fuente de información, es necesario conocer su definición. De acuerdo con Civicus, los DGC son: “datos que las personas o sus organizaciones producen para monitorear, exigir o impulsar el cambio en los problemas que les afectan. Son impartidos de forma activa por los ciudadanos, proporcionando representaciones directas de sus perspectivas y una alternativa a los conjuntos de datos recopilados por gobiernos o instituciones internacionales” (The DataShift, 2015:1). Son una oportunidad para complementar la estadística oficial a fin de cerrar brechas de información e, incluso, pueden ser una opción para medir indicadores relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Potenciando los DGC a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible
En 2015, se inicia la puesta en marcha de la llamada Revolución de los datos para el desarrollo sostenible, [1] con la exploración de nuevas fuentes de información para medir las ambiciosas metas trazadas en los ODS. En ese momento, se identifica que la información de diferentes organizaciones, la cual ha sido recolectada, procesada y utilizada para la toma de decisiones internas durante varios años, puede ser útil para fines no empresariales. Es decir, estas organizaciones cuentan con la capacidad de proporcionar datos adicionales a los producidos por los gobiernos locales o nacionales, como los DGC.
Con la certeza de aportar al desarrollo sostenible a través de la entrega de datos, se da un paso gigante para que las organizaciones de la sociedad civil y otros actores aporten a la medición de los ODS. Algunos proyectos de datos generados por la ciudadanía con directa conexión a los ODS son:
- CiudaData (Ecuador): su objetivo es empoderar a la ciudadanía para participar en la generación, gestión y uso de datos que contribuyan al monitoreo y evaluación de la implementación de los ODS con especial énfasis en el ODS 11.
- World Vision (WV) – Uganda: ha facilitado los procesos para que más de 8.500 hombres y mujeres reporten su satisfacción respecto al servicio educativo en más de 700 escuelas. Esta iniciativa permite obtener datos para medir el indicador 16.6.2, relacionado con la proporción de la población satisfecha con su última experiencia en servicios públicos.
- OpenStreetmap-Botswana: la malaria sigue siendo endémica en varias zonas de este país. El Ministerio de Salud y Bienestar se ha propuesto erradicar la enfermedad en el país para 2020. Para ello, busca combinar el mapeo remoto con estudios de campo in situ. La metodología de mapeo abierto se adaptó para comprender la exposición de las personas a los mosquitos, no solo localizando viviendas, sino también verificando si estos tienen paredes y techos completos. Este proyecto contribuye a la medición del indicador ODS 3.3.3, Incidencia de la malaria por cada 1.000 habitantes. El proyecto tuvo una cobertura de seis áreas en Botswana y se considera que puede ser replicado si existen recursos adicionales.
Datos generados por la ciudadanía y el COVID-19
Los datos que generan los ciudadanos son cada vez más apetecidos por la demanda de información que tiene la pandemia del COVID-19, en especial, los datos en tiempo real o aquellos que están en constante actualización. Contar con fuentes directas de los ciudadanos es una respuesta a esas necesidades, permitiendo una mejor toma de decisiones por parte de los gobiernos que se encuentran en un aprendizaje continuo sobre la evolución y efectos del COVID-19.
Entre los principales usos de este tipo de datos están:
1. El reporte de síntomas: plataformas provistas por los gobiernos locales y nacionales para reportar el estado de salud y síntomas asociados al COVID-19. Un ejemplo es Bogotá cuidadora de la Alcaldía de Bogotá, una plataforma que permite: solicitar apoyo, reportar síntomas y posibilidad de contagio y ofrecer ayuda. Los ciudadanos pueden utilizar la web para incluir sus datos y perfilar sus necesidades con el fin de recibir ayudas del gobierno distrital. Asimismo, se destaca la posibilidad de completar información para ofrecer ayuda a otras personas presentando una colaboración entre los ciudadanos de la capital.
Los efectos colaterales de la pandemia mostraron debilidades en la identificación de las comunidades más vulnerables. Con el aprovechamiento de la tecnología se pueden categorizar las necesidades de estas poblaciones en los países afectados por el virus, con la creación de canales virtuales para reportar sus condiciones y dar una respuesta oportuna.
2. Seguimiento al virus: tener una definición clara de la velocidad de propagación del virus y el nivel de contagio facilita conocer su concretación geográfica para tomar medidas de mitigación y definir políticas públicas afines a cada ciudad o país.
El reporte de las condiciones de salud y la ubicación geográfica de los ciudadanos, como es el caso de la Alcaldía de Bogotá, contribuye a complementar las estadísticas oficiales generadas por el sistema de salud. Al identificar las zonas de la ciudad con mayores índices de contagios, los ciudadanos se mantienen informados, y también se les brindan elementos para focalizar medidas por áreas específicas de la ciudad, sin un efecto generalizado como lo fueron las ‘cuarentenas por zonas’.
Si bien los DGC han sido de gran ayuda en estos tiempos, existen limitaciones de acceso a tecnología y facilidad de uso de las herramientas tecnológicas. No todos los ciudadanos tienen un equipo de cómputo u otro dispositivo con acceso a internet para reportar la información, en especial, en las zonas rurales u hogares de bajos recursos. De la misma manera, existen grupos como los adultos mayores que no tienen las habilidades ofimáticas para responder cuestionarios en línea.
Conclusiones
En general, la implementación de los ODS se ha visto afectada debido a la pandemia, aunque el llamado a la Revolución de los datos ha sido reiterado gracias a que los DGC están en capacidad de identificar el impacto actual y posibles planes de recuperación a corto, mediano y largo plazo. Sin embargo, es importante tener presente la privacidad y confidencialidad como factores sensibles, dado que los datos de salud tienen un carácter personal y deben ser tratados bajo lineamientos de protección especial. Entonces, ¿cómo podríamos tratar estos datos evitando inconvenientes legales, pero apoyando una toma de decisiones oportuna?: a través del uso de técnicas de anonimización y asegurando que los datos serán tratados con los protocolos de seguridad correspondientes.
Los datos generados por la ciudadanía serán cada vez más utilizados. Por tanto, deben apoyarse en la creación de estrategias que fortalezcan la confianza entre la ciudadanía y los gobiernos para la entrega de información constante, no solo durante la pandemia sino en futuras contingencias en las que estas lecciones aprendidas sean útiles para la incorporación de diferentes líneas de acción orientadas a la recuperación.
Notas
[1] La Revolución de los datos se describe en el informe A World that counts, 2014.
Referencias
Alcaldía de Bogotá. (s.f.). Plataforma Bogotá cuidadora
Datashift Civicus. (2015). What is citizen‑generated data and what is the datashift doing to promote it?
Lämmerhirt. D, Gray. J, Venturi. T, Meunier. A. (2018) Advancing sustainability together? Citizen-generated data and the Sustainable Development Goals
World Vision International. (2019). The Case for Citizen Generated Data for SDG Accountability
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