
Investigadora del área de Gobernanza y Financiamiento para el Desarrollo Sostenible
c.manso@cepei.org

Oficial de Programas Gobernanza y Financiamiento para el Desarrollo Sostenible
j.surasky@cepei.org
En junio de 2022 se cumplen 50 años de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo, Suecia, en 1972. Fue la primera conferencia de la ONU sobre medio ambiente, que permitió ubicar los temas ambientales entre las prioridades internacionales.
En conmemoración de dicho aniversario, la Asamblea General de las Naciones Unidas convocó la reunión internacional “Estocolmo+50”, que se reunirá en esa ciudad los días 2 y 3 de junio, bajo el lema “un planeta sano para la prosperidad de todos: nuestra responsabilidad, nuestra oportunidad”. Sus objetivos centrales son reconstruir relaciones de confianza, acelerar las acciones de los sistemas para una recuperación sostenible e inclusiva, tender puentes entre agendas conexas y replantear los conceptos y medidas internacionales de progreso y bienestar para que incluyan la variable ambiental.
El proceso de preparación de la reunión de Estocolmo+50 tuvo tres momentos clave:
- El encuentro convocado por el presidente de la Asamblea General en marzo de 2022, el cual incluyó un debate sobre cómo acelerar la implementación de la dimensión ambiental del desarrollo sostenible
- El proceso de consultas regionales de múltiples partes interesadas
- La serie de más de 50 consultas nacionales multiactores
Sin embargo, los antecedentes de esta reunión no son alentadores.
- En los últimos 50 años la situación del ambiente ha empeorado. En 2021, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en su informe “Hacer las paces con la Naturaleza”, identificó que estamos transitando una triple emergencia planetaria: 1. el cambio climático, 2. la pérdida de biodiversidad y 3. la contaminación; una advertencia que se suma al incumplimiento de la metas Aichi 2020 sobre diversidad biológica, reflejadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y que se agrava por los impactos de la COVID-19.
- Entre las metas de los ODS que debían cumplirse en 2020 la mayoría estaban directamente relacionadas con el cuidado del ambiente, y no se han alcanzado.
- La agresión rusa contra Ucrania también será debatida en Estocolmo. Las consecuencias ambientales de la invasión en curso promete generar tensiones.
- La Asamblea General convocó este encuentro como reunión internacional, sin darle el estatus de cumbre, a lo cual se suman los esfuerzos liderados por Rusia y China para limitar la participación de la sociedad civil durante las sesiones de planeación de Estocolmo+50.
- El “espejismo” en la reducción de emisiones de CO2 producido por la limitación de las actividades económicas al inicio de la pandemia se desvaneció: la reducción de emisiones dejó paso a un aumento cercano al 6% en 2021, con una tendencia que nos llevaría a un aumento de emisiones cercano al 14% antes del final de la década (Informe del secretario general sobre el progreso hacia los ODS, 2022, párrafo 7).
Tomar las decisiones requeridas en materia ambiental, refrendadas en el Acuerdo de París, requiere dos elementos que parecen estar ausentes:
- Más y mejores datos: la meta 17.18 de los ODS llama a “mejorar el apoyo a la creación de capacidad prestado a los países en desarrollo, incluidos los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo, para aumentar significativamente la disponibilidad de datos oportunos, fiables y de gran calidad” antes de 2020. En la actualidad, no contamos con los datos que permitan medir el avance, y mucho menos tenemos un resultado en términos de estadísticas ambientales, tradicionalmente rezagadas.
- Voluntad política: en la reciente Conferencia de las partes del acuerdo marco de las Naciones Unidas para la lucha contra el cambio climático (COP 26), reunida en Glasgow, la ambición de los países no respondió al reclamo de las personas que se manifestaron masivamente en las calles exigiendo justicia ambiental. La COP 15 de la convención sobre diversidad biológica, la cual debe definir nuevas metas y fue varias veces postergada a causa de la COVID-19, solo logra acuerdos insuficientes y poco oportunos.
Estocolmo 72 marcó el inicio de una era, Estocolomo+50 no parece estar a la altura de lo que se requiere 50 años después.